Cartas trucadas
Me la jugué. Atada de manos fui con todo en una partida de cartas trucadas y mesa coja. Quién me iba a decir que tenia las cartas del revés y las gafas sucias, aunque al principio pensé que estaban mal graduadas. Ilusa. Me estrellé, vi la pared escasos segundos antes y en lugar de pisar el freno aceleré, pero siempre dije que fue culpa de la dislexia. Guárdame el secreto. Y con el coche roto y dos pies izquierdos busqué el camino de vuelta a... todavía no sé a dónde.