Contracorriente
Afortunada coincidencia la de conocernos en este mundo al revés. Afortunada la paciencia que me pides cuando cuando en realidad lo que yo siento es que quiero arrancarte los labios a bocados. Afortunada cordura que nos envuelve cuando solo queremos enloquecer. Afortunada exhaustividad que nos ahoga cuando solo quedan dos cuerpos después del amor improvisado.