Torturas (in)necesarias

El frío que cala en mis huesos. Domingos, malditos y jodidos domingos. Ojalá perdida en tus sábanas, pero me encuentro sola fumándome un cigarro en la ventana. No paro de dar vueltas a por qué sigo jodiéndome recordándote cada séptimo día de la semana. Eres como el último sorbo del ron, amargo pero delicioso, yo casi lo describiría como inolvidable.

14 comentarios:

  1. "Yo diría inolvidable"

    Hay personas que calan hasta los huesos

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Ah! Como te compreendo!...
    Esperar por aquilo que tanto se deseja é o primeiro passo para a loucura!
    E quanto mais recordamos mais loucos ficamos.

    Besos... !!

    ResponderEliminar
  3. Inevitable. Como esa droga que nos mata pero que no podemos evitar volver a tomar. La mente juega mucho a eso y se convierte en espiral...

    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Para eso existen los domingos, Né. Para mortificarnos con lo inolvidable... Aquí le llamamos la pálida del domingo al atardecer.

    Abrazo gigante. Me encantaste otra vez.

    ResponderEliminar
  5. A veces es así, es como un juego cruel que nos persigue...y los domingos son especialmente nostálgicos y puñeteros.
    Un besazo.

    ResponderEliminar
  6. Demasiada tortura para el séptimo día, Né. Muy bueno!!
    Besicos muchos.

    ResponderEliminar
  7. Los domingos son asi malditos; jodidos y yo agregsria muy aburridos 😊.
    Besos Ne

    ResponderEliminar
  8. Domingos jodidos, pero inolvidables.

    Saludos, Né y feliz día.

    ResponderEliminar
  9. Es que los domingos, sin ti, están malditos.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  10. septimo dia, inevitables realmente...
    saludos né, abrazo

    ResponderEliminar
  11. Domingos que gritan. Un placer leerte.

    ResponderEliminar
  12. Habrá que encontrar algo que haga de los domingos un mejor día.

    Besos.

    ResponderEliminar
  13. Es cosa de los domingos, que nos aplastan con ausencias y bucles mentales.

    Saludos, Né.

    ResponderEliminar