Ven, que no te recuerdo
No recuerdo tu mirada de ojos brillantes color avellana que himnotiza mis sentidos a la luz de las velas. No recuerdo tus besos en la frente que huelen a protección por las mañanas y a dulzura intensa justo antes de la siesta. No recuerdo tus sonrisas en la oscuridad que recorren mis mejillas después de un suave mordisco.
No, no recuerdo las cosquillas que me haces mirando al mar, ni tu obsesión de abrazarme con todo el cuerpo para que no pueda escapar como si quisiera hacerlo. No logro recordar tu manía de reírte de mis pucheros, ni los eternos besos de despedida antes de que coja ese tren que me aleja de ti. No consigo que mi memoria se acuerde de tus caricias y tu felicidad al pasear de mi mano cuando la calle estaba repleta de gente.
Lo siento, he de serte sincera, no te recuerdo, por eso... Ven.
Mejor que recordar es la presencia.
ResponderEliminarSaludos.
El olvido se abre a veces paso con la distancia.
ResponderEliminarBesos.
El olvido se atisba con la presencia para que escribas esa página del presente.
ResponderEliminarSaludos, Né y feliz finde !!!
En este caso, creo que el olvido está muy bien!! Buen relato Né.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Ohhh... que extraño y nostálgico! Casi una duda.
ResponderEliminarBesos!
A veces nada es posible
ResponderEliminarA veces nada es más nítido que el olvido, Né.
ResponderEliminarAbrazo más que gigante.
Un olvido muy presente...
ResponderEliminarAbrazo con cariño querida Né
Se olvida a la persona que es recordada en las sensaciones.
ResponderEliminarSaludos, Né.
Quien lo diría... tú como yo, viviendo de recuerdos.
ResponderEliminarSaludos.
Necesidad de cercanía... de estar presente.
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