Jardín secreto

Me adentré en un jardín secreto 
y poco a poco lo hice mío.

Admiraba cada una de las flores,
incluso aquellas que me habían envenenado.
Mi sangre estaba en cada una de las espinas 
que acepté como regalo de una loca desesperada.

Mi firma.

Exótico era la palabra que lo describía a la perfección,
almas hechas cristalitos lloraban al verme pasar, 
eran mis ilusiones ahorcadas en sus propias mentiras sin piedad.

Me quedé un rato más
observando los aleteos inconstantes
de una mariposa
desgastada por la inocencia.

Una petición

Un tiro en la sien para fulminar mis pensamientos suicidas contigo.
Gracias.

Inseguridad

Once letras que pueden hacerme añicos si yo las dejo.

Delirium tremens

Cierras los ojos y todo parece un delirio,
un trozo de muerte que hace lúgubre la vida.

Y qué sinceros parecen todos aquellos que hablan
del dolor
ajeno
cuando no se han puesto un paño en la boca
mientras acariciaban su frágil amor.

Qué sinceras eran las raíces que crecían trituradas en mí.
Ya desde el nacimiento entregadas al suicidio eterno.

Sientes miles de disparos que ni siquiera sabes de dónde proceden
pero sí sabes su destino:
la mente

Fdo: Una alucinación que reclama el juicio del corazón
         en un delirio por una equivocación.

Sigo buscándo(me)

Si me pierdo y no me encuentro, no es mi culpa...
Me he buscado por mil días y por mil noches;
Me he buscado en verso y en prosa;
Me he buscado en miradas ajenas, en besos cómplices, en brazos con complejo de hogar, en caricias que arañan las cicatrices;
Me he buscado en la oscuridad y en la más profunda tristeza;
Me he buscado en mis propias experiencias,
Me he buscado en mis (21) años

Y sigo sin encontrarme del todo.

El beso del comienzo

Y allí estaban ellos, bajo la luna, en una especie de conjuro que ni la más poderosa belagile sería capaz de realizar debido a su tremendo impacto emocional.

Todo empezó un día de enero, cuando se encontraron por primera vez. Un encuentro más impensado de lo que en un principio se podía pensar. ¿Suerte, casualidad o destino? 

Ya, yo también era de las que pensaba que qué era esa mierda del destino. Y también me diréis que no creéis en el destino, como yo hace no mucho, pero habrá que empezar a creer en imposibles. 

Porque por (inserta el sustantivo que más te guste entre las opciones de la interrogación) conocían a gente en común. Y separados por más de 400 kilómetros, desde luego la quiniela ganada fue importante.

Estaban volviendo a casa, de madrugada, cuando pese a la oscuridad la ciudad estaba más despierta que nunca, incluso aunque las personas estuviesen dormidas.

Aquella madrugada en la que los gatos aullaban a la luna, ellos fueron convertidos en dos amantes bajo su luz eterna. Algunos hablan de hechizos. Yo ya sabes, la ciudad despierta.

Y ese beso de despedida fue más que un beso de despedida, fue un beso de un comienzo.







Belagile: Denominación usada en la mitología vasca para referirse al término bruja.

Diario, día 520

Tengo que desnudarme y escoger mi mejor vestido para verme disfrazada de melancolía. Prometo poner mi mejor sonrisa para comprobar si en ella puedo esconder algo más. Cataratas nacen en mis ojos y recorren mis mejillas mezclándose con la tinta de mis ojos y el rojo de mis labios. Ensayo una, y otra, y otra... Pero nada me convence. Ahora mismo solo pienso en disparar el gatillo, pero algo tapa el objetivo; los arañazos, los golpes. Una vez más termina la sesión fallida pero tengo una buena noticia y es que vuelvo a ser yo.

Cuidado

Sé más de lo que piensas.