Jardín secreto
Me adentré en un jardín secreto
y poco a poco lo hice mío.
Admiraba cada una de las flores,
Me quedé un rato más Admiraba cada una de las flores,
incluso aquellas que me habían envenenado.
Mi sangre estaba en cada una de las espinas
que acepté como regalo de una loca desesperada.
Mi firma.
Exótico era la palabra que lo describía a la perfección,
almas hechas cristalitos lloraban al verme pasar,
eran mis ilusiones ahorcadas en sus propias mentiras sin piedad.
observando los aleteos inconstantes
de una mariposa
desgastada por la inocencia.