De mí para mí
Disfracé tus miedos más oscuros, amé tus muñecas marcadas de las espinas que él te clavó a traición. Lamí tu sangre derramada por un chico que lloraba por otra y no por ti. Te intenté salvar del veneno que tomabas cuando te sentías sola y te asfixiabas, como si eso fuera a solucionar el desastre que se había formado. Te di oxígeno para que volvieses al mundo real y me rechazaste segundos después porque preferiste el infierno que él mismo creó con vuestras ilusiones.