La rosa de Navidad

La rosa de Navidad siempre crece cuando el calor humano se vuelve limpio y sincero.
La rosa de Navidad nunca pierde su colorido, incluso cuando no puede respirar cubierta de nieve.
La rosa de Navidad es la más querida porque nació del amor y creció como una ola.
Ahora, cuando llega la Navidad, regala simpatía y amistad vestida de alegría.

La rosa del corazón es la que crece en tu mirada, la que riega tu pasión y besa tu piel de hada... Así que regala rosas del corazón a quien tú le das la vida. En este mundo de espinas nunca olvides estas cosas. Porque el valor de una rosa a veces hasta se materializa en un te quiero.

Felices fiestas. Nos vemos en 2020.

[Inserta tu bso favorita]

No necesito que el mundo pare, necesito que baile conmigo mi canción favorita.

Buscando respuestas

¿Dónde llegará esta historia cuando nadie sabe que empezó?
¿Por qué no me atrevo a decirte todo lo que llevo dentro?
¿Cuándo podré abrazarte sin miedo a que notes que me gustas demasiado?
¿Quién es el responsable de este frenesí inefable?
¿Cómo voy a negar que estoy bajo los efectos de la limerencia?

Vuelve

Apenas han pasado unos meses y ya parecen años. Porque desde que fuiste tu ausencia juega con mis estados mentales.

Sigo creando arte como a ti te gustaba llamarlo pero ahora eres tú mi musa. Derramo lágrimas sobre el lienzo de mi cama mientras ahí fuera me espera el reflejo de mi alma pensando que regresarás.

Crea ilusiones,
cree que volveré a verte,
y yo solo puedo decir
ojalá.

(Re)construyendo(me)

Lluvia de abrazos recorren mi mundo
llenando vacíos,
regalando sueños,
generando vida,
borrando mentiras.

Un abrazo traspasa la piel, 
cala hasta los huesos
y, 
en las manos correctas 
hasta se vuelve poesía.

Un abrazo (tuyo), 
cura las heridas, 
sana el corazón
y
ensancha el alma. 

Lección aprendida de noviembre

La seguridad es descolgarte desde las pupilas y caer en unos brazos sin perder el equilibrio. Y sin vértigo.

Algún día seré valiente

Tengo tanto que decirte
pero no puedo
porque tengo miedo.

Miedo a perderte,
miedo a dejar de soñarte,
miedo a que me tengas miedo.
A olvidarte.

Pero ahora que lo intuyes, dímelo:
Si supieras la verdad,
¿qué harías?
¿lo dejarías todo y me besarías?

Verdad o reto

¿Te apetece jugar? 
Si te quitas la primera prenda
te digo la primera verdad.

Femme fatale

Es difícil hablarle a un misterio pero sin embargo ella detonó mi cabeza. Mujer sencilla y real, de expresión etérea y belleza fatal. Enigma de sonrisas y sensualidad femenina, simpatía delicada cual jazmín. Laberinto de incógnitas que nunca conseguiré descifrar.

Con ella el reloj se toma un descanso mientras las horas se fuman un cigarro. Baila un vals en un precipicio con vistas al mar, y no le importa caer, pues se abraza al futuro con tanta fuerza como el que lo ha perdido todo a cambio de un poco. No puede ser más caótica.

Cuidado, no la subestimes o te dejará días sin dormir.

14 de noviembre

No olvides que la otra cara de la moneda también soy yo.

Siempre tú

Te acaricio pero no te encuentro.
Ya no estás.

El otoño llora tu ausencia
y yo ya no sé qué hacer para calmarlo.

El agua salada ahoga
pero no me llena de ti.

Quiero que vuelvas de nuevo
pero tengo un problema
y mil razones para echarte de menos;
no sé devolver vidas.

El espejo está hecho cristalitos,
pero no tanto como yo.

Aguacero

Empieza a chispear. Las gotas se acumulan en los cristales y juegan a hacer carreras. Caricias aterrizan en el aeropuerto de tu cuerpo y besos llegan a su destinatario. Y pese al frío comienza a sobrar la ropa.

Empieza a llover. Aparece una débil neblina que tinta los cristales y empieza a dificultar la visión. La ropa se encuentra por el suelo recreando el desastre que se empieza a formar fuera. Esto solo es el principio.

Empiezan los relámpagos. La tormenta ya está aquí y nosotros también estamos preparados. Nuestras caderas danzan al ritmo de los gemidos y suspiros, sin duda hoy se formaría un diluvio y no solo fuera del coche. 

Empieza a tronar. El vaho ha cubierto por completo la estancia junto con las gotas, donde por cierto ya no cabe ni un alfiler, como la distancia que nos separa. Y yo, poco a poco, me siento más completa contigo dentro de mí. Entras y sales a un ritmo frenético, vertiginoso, hasta que el éxtasis nos ahoga. 

Empieza a salir el sol. Las gotas juegan a desvanecerse mientras nosotros nos recuperamos, exhaustos, de otra guerra contra el cielo.

Suerte, o eso dicen


Te he visto mudar tus dudas de lado a lado de mi habitación, cogidas a tu desnudez. Hacen buena pareja, pero como la nuestra no hay ninguna.

Tus heridas son egoístas; tienen que sangrar para que tomen todo el protagonismo, incluso hunden el cigarro para quemarse un poco más, pero no te preocupes, ya están amenazadas con sal y tequila por si te vuelven a molestar.

Yo no tengo dudas, bueno sí, pero no contigo. Que me gustas aunque no sea lo suficientemente valiente para decirlo. Aunque nunca te diga que cada vez que me abrazas siento que todo tiene sentido, pero prometo que algun día te susurraré lo bien que quedaría un recuerdo nuestro cosido a tus cicatrices y (con suerte) te convenceré.

Qué suerte dicen cada vez que cuento nuestra historia, pero la suerte está echada, y yo, sobre tu cama, tenía más pinta de ser demonio que ángel para hablar de suerte.

Pero yo que sé, también dicen que de una escritora nunca hay que fiarse, pero si además escribe sobre ti y te equivocas ella cogerá todo tu desastre y lo convertirá en arte.

Lección aprendida de octubre


Something ends because something better is coming.
Algo acaba porque algo mejor está llegando.

La última

Sábado 13 de Julio, 02:16. Con un chupito de tequila en la mano y él en mi cabeza.

Ron, vodka, whisky... qué más da. Nada sacia las ganas que tengo de tus besos. Nada hace que olvide lo mucho que te necesito. Te quiero parezco escuchar. No puede ser. Yo en Alicante y tú en Madrid. Debería dejar el alcohol por hoy. Y entonces recuerdo la promesa. Gilipollas. Si bebes suficiente vodka sabe a amor, decían. Qué inocente. Qué ilusa. Nada se puede comparar a ti. Perdí la cuenta en la cuarta copa. 
Otro trago más.
Arde, pero no importa.
Ojalá me hubiera perdido en el alcohol, pero me perdí en tu sonrisa y en el brillo de tu mirada. Creo que a la larga hubiera dolido menos.
Ojalá.
Así que un brindis el último, lo prometo por ti, por mí, y por los vasos de plástico que han aterrizado en el suelo.

Nada de París

Quiéreme y haz que desaparezca París, porque después de nosotros nada sabrá tanto a amor. 

En mil pedazos

Ayer mi alma se resquebrajó un poco más. Ayer mi corazón cayó enfermo y ni el médico pudo curarlo. Dice que debo sumergirlo en tequila y añadirle una pizca de sal y unas gotitas de limón. Aunque duela. Aunque sangre veneno.

Hoy estoy con los ojos más abiertos que nunca pero un poco más rota. También un poco más lista. No sé si me compensa. Porque no me voy a conformar con las cosas a medias, esto es una cuestión de todo o nada.

Mañana tendré una cita conmigo misma para explicarme, por fin, que no me buscan porque no me echan de menos, y si no me echan de menos, es que no me quieren. Que yo decido quien se queda en mi vida y quien es echado a patadas. Y cuidado, porque quien mucho se ausenta pronto deja de hacer falta.

Vorágine de sentimientos

Corro en dirección contraria olvidando que el mundo es redondo. Tropiezo con las pesadillas y la herida del pecho se vuelve a abrir para destruirme por completo. Como una bomba atómica. 

Llego al borde del precipicio, mirando al peligro a los ojos. Es el momento, a todo o nada. Flashbacks me inundan. 

Tengo miedo pero no es miedo; es pánico a perder. 
A perderme.

Lección aprendida de septiembre

Para que una estrella nazca hay una cosa que debe suceder: una nébula gaseosa debe colapsarse. Así que colápsate, 
desmorónate, 
porque esta no es tu destrucción, 
es tu nacimiento.

Zoe Skylar

Día 49


Espero que saques todo lo malo que sé que todavía llevas dentro. Y lo bueno. Porque no hay nada más bonito que verte llover.
Y no me importa mojarme.

En guerra con Roma

No voy a hablar de chispas porque lo nuestro fue más allá, como un cortocircuito en una ciudad inmensa. Cariño y pasión entraron en la habitación, sin duda ese día serían protagonistas. 

Nos quitamos la ropa con cuidado, y besos empezaron a decorar todo mi cuerpo. Bonita obra de arte hiciste de mí aquel día. De pronto, de forma natural, nos dejamos llevar por el placer. Tú dentro de mí. Yo recibiendo cada embestida suave con pasión. Sentía tu fuerza en mis caderas, sentía tu pasión cada vez que entrabas y salías de mí hasta que el éxtasis nos ahogó.

Escalofríos recorrían una y otra vez cada centímetro de nuestra piel y juraría que en ese mismo momento podíamos convertir la belleza de Roma en una leyenda, pues nosotros estábamos haciendo algo más bonito que sus ruinas. Y no sabía lo mucho que necesitaba de ti hasta que te gasté. 

Persiguiendo estrellas

Una noche vi pasar una estrella
y corrí tras ella sin pensar.

Atravesé mil universos
pero ella siempre se alejaba.

Me detuve, me rendí,
pero más tarde lo comprendí todo.

Soy una de ellas.
Y tú y yo podríamos formar una bonita galaxia.

Cura 14

Siempre me han gustado los dientes de león.
Soplar y volar. 
Frágil pero valiente. 

Lo que nunca te diré

Es el momento de escribirte lo que nunca seré capaz de decirte. Escribir todo lo ocurrido en una carta que nunca leerás, que no vas a recibir nunca, porque no me atrevo a escribirte como destinatario.

Para mí fue algo fugaz, como las estrellas. Pese a su brevedad son capaces de mostrar su belleza en un micro segundo, como tú. Y no quería reconocerlo pero me dio tiempo a contemplar tus cicatrices, y a quererlas un poco. Una conocida mía siempre dice que son necesarias para poder coger aire y respirar. Tú lo sabrás mejor que nadie.

También fue algo improvisado. Como nuestros planes. ¿Cuántas veces hemos hecho lo hablado desde el principio? Creo que ninguna. En cualquier caso lo prefiero así. Siempre sorprendiendo, siempre disfrutando en compañía del otro. Si algún día tengo la oportunidad de pedir deseos sin duda los gastaré en ti, en poder vernos, pero a nuestra manera improvisada, para que no se pierdan las costumbres.

Resiliencia, ¿lo recuerdas? Nuestra palabra. Fue una grata sorpresa descubrir que compartimos algo más que a Albert y a Jorge. ¿Y sabes? Justo un día antes estaba en el mundo amarillo de Albert, así que a partir de ya dejo de creer en las casualidades para creer en las causalidades y crear una teoría que explique cómo es posible que dos personas puedan conectar tanto.

Llevo demasiado tiempo viviendo eso de la persona correcta en el momento equivocado, pero contigo no tengo esa sensación. Parece como si estuviese recordando un sueño perdido, como si te conociese de toda la vida y esto simplemente fuera la sinopsis de la película que rodaremos en un futuro, entre niños y patines.

Pero llegados a este punto no quiero esperar milagros, solo que las cosas pasen, que pasen de la mejor forma posible, para ti y para mí, y quizá, para nosotros.

Se me olvidaba contarte un secreto; estoy recogiendo todas las piedras y rocas que he lanzado a tu jardín para construir una casa y poder ver juntos trece razones, si no tardas mucho te espero el tiempo que haga falta.

Carta a un amor (in)mortal


When every ship is going down
I don't fear nothing when I hear you say
It's gonna be OK
(Ok - Robin Schulz)


Siempre definí la vida como momentos efímeros. Momentos que no vuelven, buenos y malos. Momentos con una palabra de cinco letras que me aterra; final. Un final pocas veces preciso. Yo no estoy preparada para vivirlo. 

Que alguien me explique cómo se deja escapar a alguien cuando no estás preparado, cuando la vida es caprichosa y no te deja una segunda opción. Que alguien me explique cómo se afronta una despedida sabiendo que es la definitiva. El ser humano no está hecho para despedirse, cada día lo tengo más claro.

Algunas personas 
deberían ser 
eternas.

Y por si todavía no ha quedado claro, 
odio 
las 
despedidas.

Lección aprendida de agosto

Le puse nombre a todas y cada una de mis estrellas, para que nadie me las robara.

La homicida

Me quedé atrapada en el pasado, en mitad de un laberinto que sangraba rosas y lloraba espinas. Me asfixiaba con cada recuerdo tuyo que me invadía, con cada beso que pudo ser y no fue, con cada abrazo que se desvanecía a lo lejos, como nosotros.

No me dejabas avanzar, me arañaba con las espinas cada vez que intentaba salir de esa espiral de locura. Leía tu nombre en todas partes, veía fotos nuestras en todas las esquinas, así que no me quedó más remedio que ser la homicida del amor.

Crónica de un amor anunciado

Quiero que digas que quieres verme. 
Aceptar. 
Vernos. 
Que me beses en la mejilla y me rodees con los brazos. 
Que me susurres que me echabas de menos. 
Admitirlo yo también. 
Hablar de nosotros.
(Son)reír.
Que nos miremos en silencio.
Ponerme nerviosa. 
Que me agarres de la mano y me acerques a ti. 
Dejarme llevar.
Perderme en ti.
Que me digas que no podías esperar más a estar conmigo.
Cerrar los ojos. 
Sentir la calidez. 
Y, de pronto, una tímida huella estampada en mi cara. 

Miedo al vértigo

Algunas veces volamos
 tan alto tan alto
que el vértigo nos tiene miedo.

Y no hay nada mejor
que causarle al vértigo
lo que él causa a muchas personas.

Así que desde aquí te invito a volar también,
que el vértigo no es nada
si no dejamos que sea algo.

Antídoto contra el miedo


¿Cuánto perdemos por miedo a perder?



Poesía en ti

Voy a beberme de un sorbo tus suspiros   
y respirarlos hasta que se extingan.

Cada bocanada de aire llevará tu aliento
y contaminará cada parte de mi ser.

Voy a acariciar cada letra de tu nombre
hasta que la música pierda su compás.         

Jugaré con el alfabeto a mi antojo,
desorden, vorágine de pedazos de ti.

Voy a perfumar cada gota de ti con jazmín 
aspecto delicado, invitado de la dulzura.

Prometo que voy a cuidarte como a un cristal,
no quiero más desastres por hoy.

Voy a oírte susurrar que me echas de menos
pero pensaré que son delirios típicos de ti.

Todavía no me acostumbro al universo que eres
pero dame un par de semanas y descubriré tus planetas.
                              
Voy a prever que nos vemos mañana, así,
a lo loco y entre copas de vino, o de vodka.

Y quizá, con suerte, se haga realidad.

La suerte no se encuentra en los tréboles

A veces la suerte aparece por sorpresa y te premia con personas. Llamémoslas casualidades. Casualidades que te regala la vida y deseas haber conocido mucho antes de que ocurriesen. Casualidades con una galaxia dentro donde poder explorar, descubrir y abrir poco a poco con la misma ilusión que el primer día. 

Me enorgullece saber que yo, con mi metro cincuenta y nueve, puedo romper(te) los miedos y esa coraza tan fea que aisla de la vida. De las casualidades. Pero no puedo afirmar que te conozco, no todavía. No cuando nadie imagina las estrellas que rondan en tu cabeza y que el cielo envidia porque brillan demasiado.

Incendio humano

Un solo roce bastaba para incendiar el mundo, lo sabía, por eso nada más verle le abracé como cuando llevas mucho tiempo sin ver a alguien importante para ti. Todo a nuestro paso se convirtió en ruinas. Nos regalamos caricias y algunas verdades camufladas en alcohol. Besos, mi gran debilidad. Uno, dos, tres, cuatro... Y perdí la cuenta. Nos dejamos llevar toda la noche y me perdí en unos ojos color avellana, y ellos en mí, perfecta simbiosis. Me mordió la sonrisa y me ganó la batalla. Hay cosas con las que no se juegan y esa era una de ellas. La distancia también se puede medir en metros, aunque aseguro que entre nosotros no dejamos escapar ni uno, la cama fue testigo de ello. Qué intensa noche. Y aumentó la temperatura, hasta treinta y ocho grados.

Lecciones aprendidas de julio

Todo lo malo siempre viene junto. 
Que es muy fácil querer y complicado que te quieran.
Que la vida es demasiado corta.
Que echar de menos da más miedo que algunas pesadillas.
Que todo se consume como una cerilla; se enciende rápido y poco a poco se apaga.

Día 40

Planchó su sonrisa y se la puso a juego con esos ojos color vida.

En la búsqueda

Alguien que te dibuje las alas y te haga volar como nunca antes. Alguien que repase con colores permanentes tus cicatrices y que desemboquen en tu boca. Alguien que mande tus dudas (y las suyas) al fondo del océano, donde nadie alcance para buscarlas de nuevo. Alguien que transforme los colores del otoño en azules, verdes (y vertes) y rosas. Alguien que sea capaz de romperte algo más que las corazas. Alguien que llegue para quedarse. Alguien que sepas que si arriesgas, ganarás.

Arte escrito

Escribir es el principio de todo. Es otra forma de hablar en silencio. Es una vía de escape. Es descifrar el alma. Es desnudarse sin quitarse la ropa. Es transcribir lo que el corazón late. Es dispararle a nadie, con nada, y acertar. Es desahogo. Es arte. Es una forma de vida.

Cuando escribes sobre alguien puede significar dos cosas; que estás llegando a quererle mucho o que ya se ha marchado y le extrañas. ¿Y tú por qué escribes?

Mátame

Se me para el mundo cuando me mira directamente a los ojos y después sonríe, así, sin más. Tiene  balas en los ojos y una forma especial de matarme, su sonrisa es un veneno para quien la mira.

Soy yo, mucho gusto

Soy de las románticas en peligro de extinción. Aquellas a las que todavía se les enamora. De las que prefiere un beso a un regalo material. De las que deja su colección de peluches sobre la cama esperando que algún día sea echada por ellos.

Soy de las que tarda en decir te quiero, y si es un te amo ya ni te cuento. 

Soy de las que piensa que el arte está muy infravalorado, quizá porque no te conocen ni conocen lo que eres capaz de hacer... Porque arte es verte sonreír todos los días.

Pero no te equivoques, no quiero que me bajes la luna, esa ya me la bajo yo solita. Tampoco quiero ser tuya, o quizá sí, no sé. Yo siempre he tenido las cosas claras pero si se trata de ti... No lo tengo tan claro.

Soy de las que escribe, y tiene un blog.

Soy de las que ya no quedan. 
Y qué orgullosa estoy.

Caos en mi desastre

Soy de las que necesitan un poco de caos en la vida para sentirse viva. Y que mejor que mi desastre para dar rienda suelta. 

Te robaré las pesadillas y me colaré en tus sueños para ponerlos patas arriba porque soy así. Me oirás acercarme sin rozarte y tocarte sin oler mi perfume de vainilla. Sonreiré sin que me veas y haré caminos imaginarios con los lunares que vaya descubriendo. Soy demasiado cruel y no me iré sin haberte puesto la piel de gallina, será como mi huella. Me pedirás que te mate mientras me derrites con tu respiración.

Porque ya sé lo que quiero; solo un poco (más) de caos en mi desastre.

Postdata: Si te elijo como víctima no trates de huir, no tendrás escapatoria. 

Lección aprendida de junio

El tiempo me araña cada vez que te despides temporalmente.

Hablo sin pronunciar palabra

Hablo de perder la razón al verte. 
Hablo de bailar en tus pupilas heterocrómicas.
Hablo de echarte de menos incluso cuando te acabas de ir. 
Hablo de despedirme de ti y seguir hablando porque no puedes dejar de hacerlo. 

Hablo de quedarme. 
Hablo de que te quedes.
Hablo de ti y de mi. 
Hablo de un nosotros.

Camarero

Camarero, una copa de locura.
Me jugaré todas las cartas y si sale mal no me importará, todo habrá merecido la pena.

Camarero, una copa de deseo.
No puedo negar algo evidente, las ganas ni se esconden ni se niegan.

¿Cuántos puntos te quedan?

Tienes 14 puntos, pierdes uno si:

Has llorado por quién no debías.
Has tropezado dos veces con la misma piedra.
Has perdonado mucho. 
Has callado "te quieros" por miedo o por inseguridad.
Has pensado que el mundo te comía.
Has callado verdades por no hacer daño.
Has abrazado a la persona que pensaste que nunca te haría daño.

Has cantado en la ducha hasta que tu garganta no podía más. 
Has pasado una noche sin dormir por haber salido de fiesta.
Has vuelto a recomponerte con un abrazo.
Has reído hasta llorar.
Has ayudado a alguien sin que te lo pidiera.
Has pasado horas haciendo eso que tanto te gusta.
Has sido feliz, pese a todo.

Bienvenid@ a la vida.

Comienzos


Empecé como se empieza todo: con un poco de miedo. Mordiendo mis labios y apretando los dientes. Conociendo lo desconocido y desconociendo lo conocido. Tomando decisiones sin caer en el error de pensar demasiado.

Lección aprendida de mayo


Comprendí que enamorarse era una necesidad (casi) tan importante como respirar. Pero, a su vez, no había conocido nada peor que la sensación de que alguien te rompa lo más bonito que tienes, es decir, las razones de sonreír, los sueños y las esperanzas.

Así que pensé vestirme con un poquito de orgullo y unas gafas de visión a distancia, para tantear el precipicio, porque si voy a morir me gusta hacerlo por alguien que sepa llorarme. 

Pero decidí abandonar ese orgullo y esas gafas y enamorarme de mí misma, y sin duda es la mejor decisión que pude tomar. Me prometió que no me rompería nada salvo los miedos.

A prueba de balas

De tantas veces que me han disparado en la vida ahora traigo una pistola conmigo por si alguien quiere dispararme, para que sea yo la primera en apretar el gatillo, la primera en ganar. En defensa propia diré que es porque entrego todo de mí y después terminan haciéndome añicos.

Define vida

Si tuviera que definir la vida sería algo así como alegrarte los viernes y deprimirte los lunes. 

Congelarlo todo

Creía que lo tenía totalmente superado, sí, lo he dicho bien, creía. Que esa herida se había cerrado con puntos invisibles para no volver a abrirse. Creía que no volvería a importarme y lo peor; creía que no volvería a afectarme. Demasiado ingenua.

No he mencionado como duele, aquí dentro, incluso diría que más que la primera vez.
Demasiado para lo que debería.

Solo es cuestión de tiempo me decía a mí misma a modo de cura, otra mentira más que acabé creyéndome. Pero hoy no ha funcionado.
Ya no.
Demasiados intentos.

Ojalá pudiera volver atrás y congelarlo todo, 
las personas,
el tiempo
y los sentimientos.

El escondite de los sentimientos

Cuentan que una vez, se reunieron todos los sentimientos y cualidades. Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura les propuso jugar al escondite. La intriga levantó la ceja, el entusiasmo danzó, la alegría dio tantos saltos que terminó por convencer a la duda y a la apatía, que nunca se interesaban por nada. Uno, dos, tres... comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre cayó detrás de la primera piedra del camino. La envidia se escondió detrás de la sombra del triunfo, que por propio esfuerzo había conseguido llegar a la copa más alta del árbol. La generosidad casi no logra esconderse, porque cada lugar que encontraba le parecía bueno para sus amigos; si era un lago cristalino ideal para la belleza, si era la copa del árbol perfecta para la timidez, si era una ráfaga de viento magnífica para la libertad... Asi es que terminó escondiéndose en un rayo de sol. La mentira se escondió detrás del arcoiris y la pasión y el deseo en el centro de los volcanes. Cuando la locura terminaba de contar el amor todavía no había encontrado lugar para esconderse, pues todos estaban ya ocupados, hasta que encontró un rosal y cariñosamente decidió esconderse entre sus flores.

La locura y comenzó la búsqueda. La primera en aparecer fue la pereza a apenas tres pasos de una piedra. Sintió vibrar a la pasión y al deseo en los volcanes. En un descuido encontró a la envidia y, claro, pudo deducir donde estaba el triunfo. Al egoísmo no tuvo que buscarlo, él solo salió disparado de su escondite que era un nido de avispas. De tanto caminar sintió sed y al aproximarse a un lago descubrió a la belleza. La duda fue más fácil de encontrar, estaba sentada sobre un cerro sin decidir dónde esconderse. La angustia estaba en una cueva oscura pero el amor no aparecía por ningún lugar. Cuando estaba apunto de darse por vencida, encontró un rosal y comenzó a mover sus ramas, entonces escuchó un grito doloroso. Habían herido al amor en los ojos. La locura no sabía qué hacer para disculparse, lloró, pidió perdón y prometió ser su guía para siempre. Desde entonces el amor es ciego y la locura siempre lo acompaña.

Texto visto en internet