La noche eterna
A pecho descubierto
Queda poco, menos de mí
Ahora estoy mejor
Durante mucho tiempo he sido la chica en llamas, la que (te) devoraba con la mirada y siempre vestía de negro, algo así como un intento de camuflaje de intenciones.
También he sido el ángel arrancado del cielo, con el poder de la gelifracción era la revolución con alas.
Y la chica de la mesa del fondo de bar, siempre con la mirada perdida en aquel maldito café, sacando de paseo a las mariposas de su cabeza.
Pese a todo, no me arrepiento de nada. Agradezco todos los recuerdos, pero ahogados en mi mar propio están mejor.
La rosa inmortal
Inútil es el deseo de mantener la rosa viva cuando se curva y muere sobre su tallo. Aunque rota, triste no la verás. Sé paciente y espera a cuando el ultimo pétalo caiga. Volará y el poeta la recibirá delicadamente en su alma. La convetirá en inmortal, como una gran historia de amor. Porque una historia de amor jamás muere. Al igual que el álma de la rosa tampoco morirá... Vivirá por siempre, en el alma del poeta.
A fuego lento
Te tengo debajo y me maravillo de la luz que desprendes. En este frotar de volúmenes beso tus mejillas a saltos y mis labios se impregnan de ti. Esa carita tuya me desquicia, me atormenta, me enloquece. Mirándote tan de cerca no veo más que tu boca, tan perfectamente dibujada.
Tus palabras, tu interés, tu querer hacer con esmero y yo tan impaciente, volcán esperando al momento idóneo para explotar gritando, deseando beberme tu amor de un trago. Me calmas con sapiencia, me mimas y me llevas a terrenos cálidos donde disfrutar del saborear lento hasta consumirnos lentamente.
No te vayas hasta que no descubra tu secreto.Perdida en (tus) contradicciones
No hay nada más complicado que vivir en la eterna contradicción de los miedos. Como querer robarle el compromiso a un infiel con la inocencia de una niña o volver a buscar la inspiración entre las cartas que te escribí y nunca leíste.
Eres fuego
Ven, que no te recuerdo
Déjà vu
Bébetelo todo
Contracorriente
Torturas (in)necesarias
El frío que cala en mis huesos. Domingos, malditos y jodidos domingos. Ojalá perdida en tus sábanas, pero me encuentro sola fumándome un cigarro en la ventana. No paro de dar vueltas a por qué sigo jodiéndome recordándote cada séptimo día de la semana. Eres como el último sorbo del ron, amargo pero delicioso, yo casi lo describiría como inolvidable.Siempre elegí a los chicos malos
que me prometieron volver a empezar de las ruinas.
Dijiste que me querías
y yo aquí como si ya te hubiese olvidado,
Una historia de lujuria
Aunque no lo sepas, te escribo
Soy yo, mucho gusto
Lluvia de enero
La gotas del agua duelenTodo es igual desde que no estás,